domingo, 20 de mayo de 2012

Aprender a leer las portadas

La portada es la página más importante de un periódico o de una revista, pero no de un libro. Pese a ello, contiene más cantidad de información de lo que parece, que no es poca. Al título, la firma, la ilustración y el nombre de la editorial hay que añadirle la disposición de estos elementos como indicador de la intención de quienes pretenden venderno el libro. Por eso creo que hay que aprender a leer las portadas.

Considero que todo lector debería plantearse esta pregunta: ¿Qué es más importante: el título o el nombre del autor/a que lo firma? La respuesta se halla en cada portada: si el título predomina -ocupa un lugar más destacado y aparece con letras de mayor tamaño- significa que la editorial pondera la obra que vas a leer por encima de quién la haya escrito. Eso sería lo normal pero, ah amigos, las reglas del marketing se saltan toda lógica.

Siempre he desconfiado de un libro que me presenta al autor/a de forma más destacada que el título. Con todo, vengo observando que esta costumbre se está imponiendo. Quienes venden libros y quieren seguir haciéndolo aprovechan el tirón o la fama del escritor/a para situarlo como lo realmente crucial del producto, sin importar la historia que ese creador/a propone.

He aquí dos ejemplos donde el nombre es más importante que la obra:


Como veis, he tratado de coger libros tan distintos que ni siquiera se los puede considerar de la misma literatura. Una muestra de que estas prácticas marketingnianas no sólo se dan en los best-sellers, sino que están mucho más extendidas.

Dicho esto, no tengo ninguna duda de que si dependiera del escritor/a, colocaría el título con tipografías más prominentes que su propio nombre. Al menos así lo harían el 90%, pues ellos y sólo ellos son conscientes de que, al final, lo importante es la historia. Una vez pasas las primeras páginas y te adentras en la ficción, te olvidas de quién la escribe. Ni siquiera importa, por mucho que la portada llame tu atención sobre ello.