jueves, 6 de agosto de 2015

Escritores que crean escuela y escuelas que crean escritores


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Los talleres de escritura creativa proliferan en España hasta el punto de que varias universidades empiezan a incluir en sus planes de estudios una materia tan relativamente nueva como formar escritores. Directores y fundadores de escuelas, así como autores y editores, aportan su visión del fenómeno.

Los escritores deben de ser el gremio con más autodidactas por kilómetro cuadrado. Leer a los clásicos, escribir mucho y borrar casi todo ha sido, durante siglos, lo más parecido a una receta a seguir para quienes se acercaban al papel con pretensión literaria. Ahora, además de escritores que crean escuela, el aprendiz cuenta con escuelas que crean escritores. Todos aquellos que no terminen de confiar en su intuición como narradores, necesiten disciplina o asimilar las técnicas tienen a su disposición unos talleres donde aprender a dirigir las cinceladas del bolígrafo.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Estrofa temerosa

Con versitos me entretengo
en mi túnel claroscuro; 
miro atrás, de donde vengo
por este miedo al futuro.

sábado, 6 de julio de 2013

¿Lecturas de verano?

Aprieta la canícula y el sol se niega a esconderse. Con la llegada de nuestra estación favorita comienza la carrera por mimetizarse con el ambiente: ropa de verano, horario de verano, vacaciones de verano, lecturas de verano... Un momento. ¿Lecturas de verano? 

Playa: lugar contraindicado para leer por incomodidad.
Por más que le doy vueltas cada vez que me encuentro con tan extendida expresión, no encuentro un motivo por el que deberíamos adaptar nuestras lecturas al periodo estival. Para empezar, la literatura es una forma de evasión de la realidad a través de la ficción, así que ¿para qué querríamos adaptar lo que leemos a lo que estamos viviendo? ¿Somos tan simples que queremos que nuestras fantasías también desciendan a lo terrenal?

No son otras sino las editoriales quienes promueven las lecturas de verano y crean esta 'necesidad' a través del marketing. No les culpo, puesto que su objetivo es vender más libros, e incluso me parece lícito. Sólo quiero que los lectores adviertan la contradicción que, para mí, el término encierra. 

Libros de viajes, relatos de aventuras e historias de los lugares más exóticos empiezan a poblar los puestos de honor bajo el chorro del aire acondicionado de las librerías. Que nadie cometa el error de elegir una lectura por encuadrarse en su próximo destino de vacaciones porque, si el libro es bueno, probablemente su experiencia le decepcione. Dicen que la realidad supera la ficción, pero sólo en contadas ocasiones.

Otros prefieren textos más ligeros para sobrellevar los rigores del termómetro, como si lo que leen les engordara y les impidiera entrar en el bañador. Precisamente por tener más tiempo libre y quizá menos estrés encima, recomiendo las 'ingestas' pesadas. Recuerdo que uno de mis veranos más felices fue cuando devoré 'La montaña mágica', de Thomas Mann. He olvidado dónde me encontraba; sólo sé que, pese al calor, me arropaba como lo hacía Hans Castorp cuando se tumbaba en su chaise longue a disfrutar del aire puro de los Alpes.